Se murió Juan Gabriel hace dos días y
como alarmas en la mañana, se encendieron sus canciones. Desde ese día se han
repetido en la radio y en las redes sociales las canciones del cantante
mexicano como recordatorio y despedida. En mi cabeza suena Amor eterno una
y otra vez.
Tengo desde hace dos días también pegada
en mi mente un relato de Pedro Lemebel. Mientras el mexicano canta, el chileno
narra un lamento navideño lleno de soledad y de tristeza. Anoche busqué ese
texto en Google y al releerlo comprendí porque suenan los dos al tiempo en mi
cabeza: la madre. Juan Gabriel compuso Amor eterno en 1974, inspirado
por la muerte de su mamá, noticia que recibió mientras estaba de gira en
Acapulco. Lemebel escribió La navidad... Sin mami para el
periódico La Nación y fue publicado el 24 de diciembre de 2006. El texto
fue inspirado por la muerte de la madre del escritor en vísperas
a la navidad unos años antes.
La canción y el relato hablan de la
falta y del vacío de la persona más importante de sus vidas. Los dos escriben
de una manera desgarradora la melancolía vital que les produjo la muerte e
incluso, Lemebel cuenta que desde ese 24 de diciembre no ha logrado volver a
soportar las fiestas. Los dos ponen de manifiesto un miedo que nos acompaña a
todos de manera constante y que, al final, todos tendremos que afrontar. Todos
nos vamos a morir, nuestras madres han muerto o se van a morir -esperemos que
no pronto-. Eso es un hecho y tanto la canción como el relato nos lo recuerdan.
Pero también nos recuerdan que de la tristeza y el vacío surgen las palabras,
los recuerdos y tal vez, algunas de las composiciones y los textos más hermosos
que hemos leído o escuchado.
Sea esta la ocasión para recordar a la
Abuela Aura y a la tía Negra y a Clarita, quienes ya partieron y también para recordar
a mi mamá, a todas mis tías y a mi abuela Rosa, quienes afortunadamente aún nos
acompañan. También para agradecer y recordar a Juan Gabriel y Lemebel, quienes
nos dejaron su vida y su pasión en letras: