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miércoles, 17 de febrero de 2016

Miscelánea de asuntos de la mitad de la semana (Ferro, robos de celulares, Hemingway y más)

  • Ya son tres las personas a quienes conozco que les han robado el celular durante este último mes. Al viejo Wilson le robaron uno recién comprado, a la Connie un señor en una bicicleta le rapó el suyo y le causó una herida en el rostro y al pobre de Ari ayer le sacaron el Xperia del bolsillo en el Transmilenio, casi nuevo también. Da tristeza vivir en una ciudad donde tener un celular lo pone a uno en la mira de los raponeros y los cosquilleros. No quiero decir que una medida de protección sea comprar un celular no tan caro –porque me parece aburrido tener que limitar lo que uno quiere porque eso puede atraer ladrones— pero eso parece ser una solución. También detesto que cuando a uno lo roban la gente dice que fue porque uno “dio papaya” porque eso le quita la responsabilidad a los ladrones. Ellos son los que roban y cometen un crimen y le hacen a uno daño. Es cierto que uno tiene que cuidarse pero no puede estar uno disculpándolos. 
  • Esta semana volví a leer sobre el experimento del psicólogo Arthur Aaron  y volví a repasar las primeras preguntas de su test. No leí más porque francamente pienso que voy a hacer la prueba con alguien a ver si es cierto. La primera pregunta que el doctor Aaron hace es: si usted pudiera tener a alguien como invitado a cenar ¿a quién sería? Me puse a pensar y decidí que quería tener a un escritor para tomarnos unas copas y escucharle los cuentos y después de sopesar algunos pensé que mi clase de loco sería Hemingway. Ayer cuando iba caminando a clase, ¡oh sorpresa! Pasó un señor exactamente igual. Me quedé viendo al vecino y cuando pasó a mi lado le dije: “Bye Mr Hemingway”. El señor me miró pero no respondió.