Muy a mi favor (porque aprendí mucho) tuve que hacer un
trabajo con Carolina, una nena muy tierna e inteligente de psicología de la u.
Ella muy amorosa me aclaró que yo si entendía, que cuando hablaba le parecía
que todos los conceptos los tenía claros pero que cuando escribía me enrollaba.
También me introdujo a una relación de amor y odio con el tan maravilloso control
de cambios en Word. ¡Es tán bueno!
El control de cambios le
permite a uno controlar los cambios de lo que escribe (fantástico) pero a veces
a uno se le olvida revisar que no hayan quedado dos palabras pegadas y no se
haya comido todos los espacios. Yo pagué primiparada en la última entrega de
seminario de investigación. Mi sorpresa fue inmensa al tener que leer los
antecedentes en voz alta y darme cuenta que la profesora agregaba y agregaba
espacios y espacios y espacios. No fue lindo. Fue humillante, vergonzoso.
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