“No hay maricas negros” dice
Stefany, cuando se refiere a lo que piensan las personas de su raza acerca de
los homosexuales. Al ver un homosexual negro y sobre todo un travesti negro las
personas de su comunidad “se sienten heridas en su ego de machos, se sienten
humilladas, como que los están pisoteando”. Al mostrarse como homosexual, al transformar
su identidad y convertirse en la mujer que quiso ser, Stefany supo que debía
también enfrentarse a la vergüenza. Se le cerrarían puertas y perdería el
cariño y el respeto de mucha gente.
Esa es la historia que muestra Ana Cristina
Monroy en su documental de 2007 llamado Este
pueblo necesita un muerto. Monroy cuenta la historia de la transformación
de Stefany, de su relación con su familia, con los muertos y con su piel.
También muestra como Stefany se dispone a dejar atras a Emilio con rituales
funerarios de la cultura afropacífica colombiana. En el Chocó los velorios, las
novenas y los levantamientos de tumbas son ceremonias mortuorias que se
realizan como una fiesta, son un esfuerzo para que la vida no muera. Stefany
celebra con cantos y bailes a Emilio, a su pasado, a la vez que se rinde luto a
sí misma. Stefany entierra a Emilio aunque siga en parte siendo él, aunque siga
siendo un marica.
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