sábado, 21 de marzo de 2015

El amor y la religión, dos horas de observación no garantizan que algo pase #relato

El miércoles 11 de marzo el horóscopo del diario El Espectador me anunció que ese día posiblemente encontraría el amor de mi vida y en una manera sorprendente. A pesar de lo extraordinario de la noticia y de las inmensas ganas que tenía de quedarme en mi casa a esperar a que el amor de mi vida me encontrara en la red, decidí salir a hacer mi tarea de observación para el taller. 
A las cuatro de la tarde empecé a caminar desde la calle 100 por la avenida suba, siguiendo el flujo de gente que camina hasta la calle en la que están la mayoría de edificios del Lugar de su presencia. La pagina de internet de la iglesia estaba caída pero Google aseguraba que los servicios los miércoles son a las 5 y a las 7. Por eso me enruté a esa hora, para poder observar a la gente mientras esperaba o hacía fila. No estoy seguro de si El lugar de su presencia es una iglesia cristiana o una congregación religiosa, pero entiendo que son dueños de varios edificios en la zona. Los vecinos se han quejado ya por años de la masiva afluencia de gente y del trafico que el culto ha traído al barrio.

jueves, 19 de marzo de 2015

¿Temor a la friendzone? Te quiero, pero no como amigo

De algunos años para acá la “friendzone” se convirtió en el peor de los terrores. Se popularizaron los memes y las opiniones que apoyaban el punto de que es mejor desaparecer de la vida de quien tanto te gusta, antes que permanecer en el campo minado de la amistad. “Te quiero, pero como amigo” es el trueno que despeja plazas llenas de manifestantes, ahuyenta a las bestias y atemoriza hasta los soldados mas valientes. Pero, ¿es tan horroroso ser amigo de esa persona por la que se siente un gusto particular?
Puedo confesar aquí que he sufrido el rechazo. Han sido varias las ocasiones en que alguien que me gustaba mucho me dejó en un plano que no es el romántico que yo esperaba. Por ejemplo, hace un par de meses me vi involucrado con Miguel, un personaje con quien tuvimos un coqueteo interesante por un par de semanas. Charlábamos seguido y nos encontramos en varias ocasiones para ir por un trago, fuimos a cine e incluso pasé un fin de semana bastante intimo y acalorado en su apartamento. La cosa iba “bien” hasta que todo se enfrió. Miguel dejó de mostrar interés y antes de que él pudiera comenzar a pronunciar las temidas palabras del rechazo, lo condené al ultimo rincón de mis redes sociales.

jueves, 12 de marzo de 2015

Raúl, Martín, Juan Cebolla y Blanca Nieves. Los hermanos Gasca y su circo #crónica

Nunca he sido fan de los circos, nunca me ha gustado la estética circense ni me he sentido atraído por los números de animales, ni de acrobacias, ni por los insoportables payasos. Siempre he tenido la idea de que el circo es un espectáculo fuera de los limites de mi entendimiento y alejado de ser un entretenimiento para mi. Pero cuando Morella comentó en clase que planeaba escribir su crónica acerca del Circo de los Hermanos Gasca y que asistía seguido, casi que le rogué que me llevara. Hablaba con tanta admiración y cercanía de la Familia Gasca de Don Martín, de sus hijos y sus nietos, de los animales que ya no hacen parte del show y del trabajo que llevan haciendo casi medio siglo en Colombia que me alisté para ir a verlos. Este post está dedicado a contarles lo que vi en el espectáculo dentro de la carpa de colores.


El Circo Hermanos Gasca 

Siempre que pasaba por el frente de la entrada del Circo de los Hermanos Gasca, pensaba que era muy extraño que pusieran en los anuncios una foto de un muchacho tan parecido a Falcao. No soy fan del fútbol, pero eso me parecía muy llamativo. Ese muchacho que aparecía sonriente con los brazos desplegados como una estampa de Jesús adornando la avenida 68 es Martín Gasca. Martín es hijo de Raúl, sobrino de Juan Cebolla y nieto de Don Martín, el fundador del circo. 

A Martín, a Raúl y a Juan los conocí antes de que empezara el espectáculo, el viernes 6 de marzo. Morella me los presentó y todos se acercaron a saludarme muy amables, muy tranquilos y muy mexicanos. Incluso Raúl, quien tenía un poco pinta de que me quería pegar, pero quien resultó ser un gran performer y un tipo bastante querido. También conocí a Blanca Nieves y a la bellísima y muy amable Diana Mendoza, la novia de Raúl. Cuando Martín me saludó comprobé que no se parecía en nada a Falcao y que su pelo era en realidad liso natural y no un amasijo de químicos. Nunca supe, debido a que no se lo pregunté a nadie, si esa similitud era intencional o si era un efecto ocasionado por mi ojo.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Miscelánea de terremotos entre Santiago y Bogotá #CrónicaCorta

Ayer, antes de las cuatro de la tarde sentí una presión muy fuerte en el pecho. Estaba apunto de tener un ataque de ansiedad por la gran cantidad de café que había consumido, por el estrés de la cirugía de mi mamá y por los problemas de trabajo. Para combatir esa sensación tan maluca me pareció buena idea salir a trotar, cosa que no había hecho por la mañana. Me cambié y salí caminando, como hago todos los días, hacia la avenida Suba mientras cuadraba el teléfono para que sonara el audiolibro del Ulysses de James Joyce. Empecé a aumentar el ritmo cuando crucé los cuatro carriles de la avenida del Transmilenio.

La ciclo-ruta que rodea el parque alrededor del río en la 106 estaba llena de ramas de arboles porque acaban de podar, por lo que el asfalto se convirtió en un juego de obstáculos con ramas y mugre dejada por los jardineros del distrito. Las voces del audiolibro no se detuvieron; un par de caballeros sostenían una conversación acerca de Irlanda, una muerta o la madre de alguno de los personajes. Los dos señores charlaban mientras hacían un recorrido en un carruaje tirado por caballos que relinchaban y resoplaban. Los audiolibros le dan al ejercicio una atmosfera intelectual que no siento con otro tipo de ayuda auditiva.

domingo, 8 de marzo de 2015

El jaminglo #cuentocorto


En dos mil ocho, durante un jaívu, en un alalachu, descubrí un jaminglo. Me capiaba. El jaminglo estaba justo en la anglo, a la izquierda de los gunátilus. El jamincho creció, se convirtió en una renchida gigante. Seguía capiando todo el tiempo, a la izquierda de las gunátilus, sobre las pornias.

El cistago era insoportable. Durante el jaívu intenté caliamar la pacuañi, las renchidas, el irdur y la pole con crulis. No hubo respuesta.  nchi﷽﷽﷽﷽﷽﷽e amanec ingle en ambas piernas.o evidente, solo un guayabo gigante como si me hubiera tomado solo una botella de aguaVolví a Bogotá y el mudante me dio una nueva cruli. Un conjunto de pístalis, zualis y jaras por ochenta días sin hilcejil. Solo me apuré una lurvuz y atendí las palabras de la pigáni. Ella, tuerma y confreída, jalbaraba que el hilcejil no incesaría el afructe de las pístalis, en cambio crenimendaría el afructe térmido y confreido del hilcejil.

Pensé que la lurvuz me berrimenaría a la civedad. Pero no, la lurvuz no tuvo afructe. Al día siguiente amanecí con un goyoibe, muy grande, como un igoardantu en una betuli.   

martes, 3 de marzo de 2015

Entre líneas

Son raros los caminos que me llevan a escribir o a dibujar. Cuando quiero escribir es porque la tristeza me tienta; la felicidad se vuelve un sueño que con las palabras se construye o se borra. A veces los recuerdos se diluyen entre líneas.


La vida es lo que pasa entre aeropuertos y moteles. Entre restaurantes de lujo y las tiendas donde venden la ropa que no puedes comprar, más por falta de tiempo que por vacíos en la inspiración.

domingo, 1 de marzo de 2015

Pensadera de domingo sobre la vida y la muerte (¿sobre que mas puede ser?)

El abuelo está en el hospital de nuevo. Esta vez no es por un problema psiquiátrico como hace seis meses sino por una infección estomacal. Lleva un par de días internado  con supervisión permanente. Hoy fui a visitarlo, estuve allí una hora antes de volver a casa. Estaba dormido así que no fue posible hablar con él o escucharlo.

Mi abuelo, Heriberto, tiene ochenta y ocho años, lleva casi setenta casado con mi abuela, tiene ocho, seis hombres y dos mujeres. Sus nietos son mas de treinta y sus bisnietos son algo así como diez. A pesar de que sufre de Parkinson y del corazón tiene unas férreas ganas de vivir. El sueña con llegar a los cien años con su esposa y su familia.

Debido a sus padecimientos y la vejez natural ahora le cuesta mucho movilizarse y hablar. Camina de la habitación al comedor o al baño con la ayuda de un cochecito caminador. Cuando habla se le entiende poco, pero se hace entender. A pesar de su edad es de buen comer y de buen dormir. Sin embargo a veces tiene este tipo de crisis que lo llevan al hospital.