BOLERO
Qué vanidad imaginar
que puedo darte
todo, el amor y la dicha,
itinerarios,
música, juguetes.
Es cierto que es
así:
todo lo mío te lo
doy, es cierto,
pero todo lo mío
no te basta
como a mí no me
basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos
nunca
la pareja
perfecta, la tarjeta postal,
si no somos
capaces de aceptar
que sólo en la
aritmética
el dos nace del
uno más el uno.
Por ahí un
papelito
que solamente
dice:
Siempre fuiste mi
espejo,
quiero decir que
para verme tenía que mirarte.
Y este fragmento:
La lenta máquina
del desamor
los engranajes del
reflujo
los cuerpos que
abandonan las almohadas
las sábanas los
besos
y de pie ante el
espejo interrogándose
cada uno a sí
mismo
ya no mirándose
entre ellos
ya no desnudos
para el otro
ya no te amo,
mi amor.
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