Yo no me denomino queer. Es más, yo sigo siendo uno de esos retrógrados que sigue diciendo que es gay y que continúa sintiéndose orgulloso de los alcances de todas aquellas personas que que se han asumido y se han denominado como gay. Pero hay algo que si comparto con los queer o por lo menos con lo que la teoría queer implica.
Pienso que ser gay o la sexualidad es un punto de partida. Que ser gay lo localiza a uno en un lugar disidente y que eso hace que uno sea siempre un poco revolucionario parado enfrente de las estructuras tradicionales y normativas. Ser gay es ocupar una perspectiva, es simplemente ocupar un lugar en el mundo, tener un lugar de enunciación.
Pero ser gay no es un ideal, mejor dicho, si lo es, pero me molesta que lo sea. me molesta que porque uno es un hombre gay tenga que ir al gimnasio y ser fashion y tener plata y estar orgulloso de no tener hijos y viajar, me molesta eso porque nadie me puede decir que es lo que tengo que hacer en la vida.
Prefiero pensar en que ser gay me localiza en el cuadrito de salida del juego, y que a punta de dadazos voy a ir construyendo. De a cuadro en cuadro.
Hasta aqui termina mi ranting del día.
Lo estoy haciendo porque estoy terminando de hacerle las correcciones a la tesis. Creo que ya las terminé pero quiero dejar que descanse para volverlas a revisar y enviarselas a mi asesora. Hoy terminé de hacer cambios antes de clase y me sentí bastante emocionado. El texto me encanta, me encanta lo que hice.
Necesito empezar a contactar a los blogueros...
jueves, 20 de junio de 2013
Aprender a ser queer...
Soy un artista plástico con ínfulas de escritor y poco tiempo. Moriré a los sesenta y algo, así que ya viví la mitad de mi vida. Vivo en Bogotá y escribo sobre lo que vivo y lo que me pasa.
miércoles, 19 de junio de 2013
En el parque
En el parque al que vine a tomar café y a leer hay árboles. Palmas, algo extraño para Bogotá. Es extraño que haya tantas palmas.
Juntos a las palmas, a los árboles hay parejas, hay tantas que incluso mi presencia solitaria es extraña. Parece que soy el único sólo sentado leyendo.
Las parejas de hombres y mujeres se miran, conversan, se besan. Las parejas se tocan, se abrazan. Los enamorados están constantemente buscándose, tocándose como si la única forma para estar completos es haciendo contacto con sus amantes.
Cuando se separan, cuando dejan de tocarse, cuando no pueden mirarse el parque se detiene y comienzo yo. Sólo sentado con Bolaño. Él todavía no me dice con quien se queda la Norton.
Juntos a las palmas, a los árboles hay parejas, hay tantas que incluso mi presencia solitaria es extraña. Parece que soy el único sólo sentado leyendo.
Las parejas de hombres y mujeres se miran, conversan, se besan. Las parejas se tocan, se abrazan. Los enamorados están constantemente buscándose, tocándose como si la única forma para estar completos es haciendo contacto con sus amantes.
Cuando se separan, cuando dejan de tocarse, cuando no pueden mirarse el parque se detiene y comienzo yo. Sólo sentado con Bolaño. Él todavía no me dice con quien se queda la Norton.
Etiquetas:
amantes,
amor,
bogotá,
enamorados,
parque,
roberto bolaño
Soy un artista plástico con ínfulas de escritor y poco tiempo. Moriré a los sesenta y algo, así que ya viví la mitad de mi vida. Vivo en Bogotá y escribo sobre lo que vivo y lo que me pasa.
martes, 18 de junio de 2013
El espejo
Me miré al espejo después de peinarme y me dieron tremendas ganas de llorar. Aquí estoy sentado con las gafas oscuras puestas intentando cavilar explicaciones y justificaciones. Los golpes del azar te convierten en una persona diferente.
Soy un artista plástico con ínfulas de escritor y poco tiempo. Moriré a los sesenta y algo, así que ya viví la mitad de mi vida. Vivo en Bogotá y escribo sobre lo que vivo y lo que me pasa.
El abstract de mi trabajo
EL
ORGULLO GAY EN LA BLOGÓSFERA BOGOTANA
Desde la
mitad de la década de los noventa, los blogs se han convertido en el espacio
por excelencia en Internet para la expresión personal y la conformación de
comunidades virtuales. Junto a los blogs se ha desarrollado una práctica
bloguera que consiste de leer blogs, escribir en un blog y dialogar a través de
hipervínculos. Este quehacer se ha convertido en una práctica con la que las
personas del común transforman sus identidades, sus culturas y sus condiciones
de vida.
Esta
investigación aborda la práctica bloguera de diecisiete hombres gay ejercida
desde Bogotá. Se toma como referente las entradas que ellos publican en sus
blogs sobre dos temas: la práctica bloguera en sí misma y el orgullo. El
análisis de las entradas reveló, primero, la importancia que esta práctica
posee para sus autores y las características de una dinámica centrada en el
entorno tecnológico, el cual tiene un efecto de resonancias y trascendencia con
la vida off line. Segundo, importantes tensiones en torno al orgullo fueron reveladas por los blogueros en las
discusiones y conversaciones que sostienen sobre las Marchas de la Ciudadanía
Plena, la identidad gay y la comunidad. Por un lado el orgullo funciona como
una herramienta de auto-afirmación y reconocimiento, demanda de igualdad de
derechos y visibilidad y como un elemento central en la formación de
comunidades; y por otro lado el orgullo es destacado por los blogueros como un
elemento homogeneizador y excluyente.
Etiquetas:
abstract,
blogosfera,
blogs,
estudios culturales,
gay pride,
marcha de la ciudadanía plena,
orgullo gay,
resumen,
tesis
Soy un artista plástico con ínfulas de escritor y poco tiempo. Moriré a los sesenta y algo, así que ya viví la mitad de mi vida. Vivo en Bogotá y escribo sobre lo que vivo y lo que me pasa.
lunes, 17 de junio de 2013
En la sala de espera del cirujano
Hoy tengo cita para que me quiten los puntos de la herida de la cara y aquí estoy sentado en la sala de espera. Conmigo hay otras tres personas con heridas en el rostro, supongo que vienen a que se las revisen también. Me pica.
Hace un rato, cuando llegué a la sala de espera del consultorio una señorita que estaba sentada -y que está aún aquí- se quedó mirándome con cara de perplejidad. Tal vez le pareció rara mi herida y mis parches. Por unos segundos no me quitó los ojos de la cara. Miré para otra parte y luego sonreí.
Ahora ella mira su teléfono y yo escribo en el mío, y yo de vez en cuando me fijo en el parche que ella tiene en la frente.
Me imagino que tal vez nos saludamos, que nos reímos y que compartimos anécdotas de nuestros accidentes. Podría ser que habláramos también de cómo cuando nos descuidamos y no estamos conscientes olvidamos nuestras heridas. Cuando eso pasa nos fijamos en las heridas de otros, sentimos curiosidad, nos burlamos en secreto de sus deformidades, como si no tuviéramos parches y no estuviéramos heridos.
Soy un artista plástico con ínfulas de escritor y poco tiempo. Moriré a los sesenta y algo, así que ya viví la mitad de mi vida. Vivo en Bogotá y escribo sobre lo que vivo y lo que me pasa.
domingo, 16 de junio de 2013
Procasti-canción
No se cómo seguir adelante. Siento que todo se
destruyó, que debería ser mejor, que debí haber salido triunfante y resulta que
no creo que haya sido así. Me siento como un fracasado porque no me fue
excelente, nadie pidió mi consejo y ningún experto pensó que mi trabajo valía
la pena. Estoy varado. Estoy escondido. Estoy aburrido.
Etiquetas:
amy whinehouse,
procrastination
Soy un artista plástico con ínfulas de escritor y poco tiempo. Moriré a los sesenta y algo, así que ya viví la mitad de mi vida. Vivo en Bogotá y escribo sobre lo que vivo y lo que me pasa.
sábado, 15 de junio de 2013
Necesito un amante
Necesito
alguien con quien explorar mi cuerpo y con quien explorar su cuerpo. Con quien
pasar noches de sexo, de cariño, de sudor, de romance.
Soy un artista plástico con ínfulas de escritor y poco tiempo. Moriré a los sesenta y algo, así que ya viví la mitad de mi vida. Vivo en Bogotá y escribo sobre lo que vivo y lo que me pasa.
La depresión constante
Primero:
Estoy en un
estado de depresión constante, como en los viejos tiempos. Hay una nube encima
de mi cabeza que no me deja ver nada de lo bueno y a pesar de ser consciente
de eso, no puedo quitármela de encima. Ella simplemente se instala, ahí se
queda y no se va. No me pasa nada malo. No tengo nada malo, es algo que simplemente
pasa, y me toca lidiar con eso, luchar contra la procrastinación y la tristeza
hasta que simplemente desaparece, se va.
Segundo:
Me falta
hacerle las últimas correcciones a la tesis antes de subirla a la plataforma y mandársela
a mi asesora para que la vea y pensar en el asunto de la publicación. Pero la
depresión del párrafo anterior no me deja hacer nada. Voy a trabajar como un zombi,
veo mi vida desde afuera, veo el mundo desde las gradas absolutamente
aterrorizado y no soy capaz de dar esos últimos pasos antes de terminar.
Imagino constantemente un lugar mejor, un mundo mejor, una vida para mí mejor,
lejos de mí, lejos de la depresión y lejos del peso que yo mismo me impongo. Imagino
que me siento, escribo, corrijo, incluyo y termino.
Tercero:
Ayer me
saludó mi ex por Skype. Me dijo que quería verme y hablar de tres cosas. Me
dijo que aunque para mí no fuera importante para él verme y hablar si es importante. Me preguntó que iba a hacer el lunes y le respondí que trabajar y
que tenía una cita al médico. Tengo una cita al médico el lunes, pero es una
cita con el cirujano plástico que me va a revisar la herida de la cara y probablemente
me va a quitar los puntos y a decirme que cosas tengo que hacer.
Me reí. Me
parece muy divertida su actitud de intentar sonar serio y de querer demostrarme
que para él todo es un asunto muy formal. A mi también me importan los formalismos pero no pretendo pasar
por formal. Creo que el problema que yo tengo es que siempre quiero agradar, demostrarle a la gente que soy amable y
bueno y que son afortunados al toparse conmigo. Con él me pasa lo mismo, quiero
que sepa que no lo odio, que no lo detesto, que no es mi enemigo y que no le
guardo rencores, pero a pesar de eso no tengo ninguna intención de encontrarme
con él.
A principios de este año hablé con mi
mamá, hablé con Lina, hablé con Franco y todos me han dicho que no vaya a
cometer el error de encontrarme con él. Las palabras específicas de Lina
fueron: “cada vez que te encuentras con él terminas vuelto mierda y él se
aprovecha de tu necesidad compulsiva de ser bueno, de ser buena gente”. Así que
teniendo esas palabras más en mente, he decidido no verlo.
Le dije que
no tenía tiempo, que me disculpara pero que estaba muy ocupado y él me dijo que
se iba en dos semanas, que por eso pensaba que tenía que hablar conmigo. Le
dije que si no nos veíamos antes de que se fuera pues que podíamos hablar por e-mail, que recordara que para mí con él, todo bien, que yo no tengo ningún drama,
que cero rollos, que podríamos hablar después.
Me respondió que tal vez ya no
sabía si se podía después. De él ya me es conocida la estrategia de salir con
ese tipo de cosas, de inventarse planes eternos en los que se va y no regresa,
en los que lo contratan de naciones unidas o de alguna ONG muy importante o de
empezar carreras nuevas en la uni. Eso me pasó el año pasado y cuando terminamos el aún estaba en el mismo lugar que seis meses antes y solo
eran estrategias para hacerme sentir mal o para quedar el mejor.
No le
pregunté más. Le recordé que me puede escribir por email si necesita algo y le
deseé suerte en su viaje.
Soy un artista plástico con ínfulas de escritor y poco tiempo. Moriré a los sesenta y algo, así que ya viví la mitad de mi vida. Vivo en Bogotá y escribo sobre lo que vivo y lo que me pasa.
miércoles, 12 de junio de 2013
Viejo.
Parece que de repente envejecí y pasé de tener 20 a tener
treinta y a vivir sin la más remota ilusión. Ahora me siento como testigo de la
vida de otros hombres gay más jóvenes. Ellos son ahora poseedores de las
oportunidades, de la belleza y de la alegría. Me convertí en esta persona
asegurada, tranquila, llena de temores y de miedo que esta aterrorizado de
cambiar, de asumir un reto, de hacer algo nuevo.
Soy un artista plástico con ínfulas de escritor y poco tiempo. Moriré a los sesenta y algo, así que ya viví la mitad de mi vida. Vivo en Bogotá y escribo sobre lo que vivo y lo que me pasa.
martes, 11 de junio de 2013
Tengo un ojo roto.
Tengo 30 años y un
ojo roto. El dato de la edad no es tan relevante a la hora de sufrir un
accidente pero si lo es cuando hago notar que me rompí el ojo por estar
corriendo detrás de mis primos de 23. Mis amigos de mi edad y yo, quienes ya
somos personas crecidas y maduras, intelectuales con maestría encima y viajes,
no corremos por la calle como adolescentes. Caminamos tranquilos, levitamos con
nuestra belleza atemporal, vamos despacio, viendo como los adolescentes corren,
engordando minuto a minuto. No corremos. No nos rompemos la cara con cosas que
aparecen de repente a pesar de haber estado siempre ahí.
Pero si sucede y
prueba de eso es el ojo roto que tengo ahora. El cirujano plástico me tuvo que
coser la cara, ponerme parche y darme antibiótico y unas varias recomendaciones
para que no me vaya a quedar cicatriz. Desde el hospital tuve que llamar a mi
mamá para decirle que había tenido un accidente y que me estaban cosiendo pero
que estaba todo bien.
No sé para donde
voy con todo esto. Creo que el punto que quiero hacer aquí es que en cualquier
momento cualquier cosa puede pasar y uno puede resultar con la cara rota. Con
el corazón roto, con el alma despedazada, pero no le queda a uno más opción que
seguir levantándose, curándose y seguir corriendo, así tenga treinta años y ya
no sea uno un adolescente.
A mí me da miedo.
Ahora ya tres días después de haber recibido el golpe lo único que me duele es
el cuello, y un poco el orgullo, pero el ojo ya no, solamente me molesta el
parche, pero creo que es algo así como natural porque tengo algo ahí pegado. Me
siento triste. En este momento me siento muy triste, me siento vacío, triste y
acongojado. Pero no creo que sea por el ojo, creo que es el vacío de haber
terminado la maestría y haber quedado en el vacío. Me siento solo. Espero que
las cosas pasen, que salgan proyectos nuevos y trabajos nuevos. Oportunidades
nuevas y puertas nuevas, pero que se abran.
Soy un artista plástico con ínfulas de escritor y poco tiempo. Moriré a los sesenta y algo, así que ya viví la mitad de mi vida. Vivo en Bogotá y escribo sobre lo que vivo y lo que me pasa.
miércoles, 5 de junio de 2013
El género neutro.
Mi
queridísima colega de la maestría me mandó este interesante artículo:
Habla sobre Norrie
May-Wellby, la primera persona reconocida como neutra en el mundo. O sea, no
como hombre, ni como mujer, sino neutro. Me llamó la atención la última frase del
articulo: "L'État fédéral va t-il reconnaître l'existence d'un troisième
genre? «C'est la première décision reconnaissant que le sexe n'est pas binaire:
pas que masculin ou féminin, , se réjouit l'avocate de Norrie, Emily Christie. Cela crée un précédent»" (¿El
gobierno federal reconocerá la existencia de un tercer genero? Esta es la
primera decisión que reconoce que el género no es binario, no como hombre o
mujer, se complace abogado de Norrie, Emily Christie. Esto crea un precedente").
A pesar de que pienso que esto crea un precedente, y que si se reconoce la no
binariedad del sexo, pienso que, siendo muy queer, reconozco que no debería
haber sexos. Que no deberíamos estar obligados a reconocernos como hombres o
como mujeres o como algo que es lo que los hombres y las mujeres no son. Claro
que si alguien quiere reconocer que es hombre o mujer debería entonces tener un
espacio para definir a que se refiere, y si en algun caso los formularios
debieran incluir un espacio para responder a la pregunta "sexo"
entonces también debería haber un espacio para elaborar y definir o un espacio más
grande para hacer un dibujo.
Ahora
esto no me cuestiona tanto, antes, cuando tenía 19 años si lo hacía, pasaba
tardes enteras leyendo a Foucault y a Derrida y asistiendo a conferencias sobre
teoría queer, hasta que logré darme cuenta que ser un hombre o una mujer,
especialmente un hombre, era lo que yo definía que eso era. Me inventé una
definición bizarra de lo que era ser un hombre, en la que yo cabía siendo gay,
siendo lo que yo era en ese momento. Ahora creo que eso no me mata, ni me hace
sentir tan cuestionado como antes, creo que en ese momento sentía que la
masculinidad era una obligación, que tenía que ser un hombre y comportarme como
uno. Ahora… bueno, siento que me gusta lo que veo cuando estoy desnudo, que el disfrute
de mi cuerpo es lo que hago conmigo mismo y cuando alguien me quiere y disfruta
conmigo. No necesito definiciones, pero si necesito comunidad, grupos de gente,
amigos, trabajo, libros, imaginación.
Soy un artista plástico con ínfulas de escritor y poco tiempo. Moriré a los sesenta y algo, así que ya viví la mitad de mi vida. Vivo en Bogotá y escribo sobre lo que vivo y lo que me pasa.
Terminando el proceso en la academia.
Hace un par de semanas ya que entregué mi tesis de la maestría y pasé por la sustentación. El resultado: positivo, bueno, terminé , me gradúo. La sustentación fue un poco lucha de egos, igual, y según mi propia percepción pasó un poco, sino muy, desapercibido el verdadero trabajo que yo había hecho y lo que lo hacía interesante que era todo el asunto de los blogs. Me siento un poco decepcionado, pero no creo que eso sea razón suficiente para no seguir adelante y para no seguir pensando y hablando de los dos temas que me interesan. Los gays, la identidad ya sea queer o gay y la construcción de identidad, comunidad, y subjetividad en el Internet.
Aún no se como voy a seguir adelante, aún no se cual va a ser el siguiente paso, voy a mandar mi tesis al ICAHN, ¿Quién quita que me dejen publicar? ¿quién quita que de pronto el camino se me abra por ahí y alguien piense que mi trabajo es interesante y apueste por mi?
De estos dos años rescato el 90%. Creo que de lo único que me puedo quejar de haber terminado la maestría es de la extensa soledad que siento. Creo que super concentrarme para escribir me dejó una soledad mas grande de la que esperaba sentir.
De resto, aprendí a investigar, aprendí a escribir, aprendí a leer... y ahora estoy aprendiendo que si yo no creo en mi trabajo nadie mas va a creer en él. Que a pesar de que cuando entré a la maestría nadie daba un peso por mi, salí adelante y terminé. Y terminé con muy buen promedio, con 100 paginas escritas sobre un tema y sobre personas que para mi son importantes y sobre quienes yo creo que se debe y se puede hablar: Mis queridos blogueros, les agradezco y seguro estaré contactándolos para charlar.
Soy un artista plástico con ínfulas de escritor y poco tiempo. Moriré a los sesenta y algo, así que ya viví la mitad de mi vida. Vivo en Bogotá y escribo sobre lo que vivo y lo que me pasa.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)