La ultima vez que me reuní con Lina en
el Starbucks de la calle 100 con Novena, me explicó la diferencia entre más y mas. “Si estas hablando de algo extra, si dices que necesitas más amor o más plata o si estas
comparando, o sea si dices que algo es más
algo que otra cosa pones tilde. Pero si estas hablando de mas como pero entonces no pones tilde. Por ejemplo, si dices soy un gran escritor, mas no se utilizar las
tildes, pues va sin tilde”.
La explicación me la brindó después de
revisar el manuscrito de cuentos que terminé en enero y que no he enviado a
ninguna convocatoria. Ese manuscrito también lo revisó el señor Blair. Tanto
Lina como el señor Blair coincidieron en algunos asuntos después de hacer
lecturas detalladas del conjunto de textos que extraje de los dos blogs en los
que he escrito . Primero lo de las tildes.
Los dos me señalaron que me hay palabras que he dejado sin acentuar y en este
aspecto también coincidió Gloria Alejandra cuando leyó mi crónica larga.
Segundo, los dos también resaltaron ciertas repeticiones innecesarias de
términos en algunos párrafos, asunto a revisar con posterioridad. Finalmente,
los dos estuvieron de acuerdo con que el manuscrito no parece un libro de
cuentos sino una novela.
Tales apreciaciones componen la tarea
con la que tengo que continuar de ahora en adelante: aprender a poner tildes,
como cuando estaba en primaria, y terminar de desenredar los hilos de todas mis fallidas historias de amor.
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