miércoles, 23 de abril de 2014

Me gustaría hablarle y decirle que lo lamento

Hoy me volvió a añadir al facebook Anna. Me gustaría hablarle y decirle que lo lamento. Quisiera explicarle que yo fui tan ingenuo como ella y que en realidad yo no sabía que Alex tenía otra novia en Bolivia y otra aquí en Bogotá. Me gustaría contarle que me enteré de todo el asunto cuando ella me lo contó y que luego Alex me lo confirmó todo la última vez que nos vimos con la excusa de prestarme un libro que no le devolví nunca.

Yo era amigo de Alex desde antes de irnos para Inglaterra. Luego, allá, los presenté cuando ella y yo ya éramos amigos y se hicieron novios. Fueron pareja durante el tiempo que los tres vivimos allá y luego a distancia mientras que Alex tramitaba su regreso. Alex volvió al Reino Unido a estudiar inglés, unos meses después, y allá vivieron juntos. Alex se devolvió para Colombia por la dificultad de obtener papeles del Reino Unido y Anna vino varias veces a visitarlo mientras el volvía a obtener una visa para ir a casarse con ella. Como yo era amigo de los dos –y también tenía mis asuntos de que ocuparme– durante el tiempo que ellos estuvieron juntos, ella allá y él acá, yo procuraba no involucrarme demasiado en la relación a distancia para no meterme en medio y no ganarme problemas. Y al final eso fue lo único que obtuve.

Anna se enteró del trio amoroso en el que estaba involucrada cuando recibió un correo de la novia de Alex de aquí de Bogotá. En ese correo la señorita le contaba que aparte de ella misma y de Anna existía una boliviana a quien que Alex había viajado a visitar una vez a la Paz y a quien había conocido aquí en Bogotá. Según la novia bogotana, me contó Anna, las tres constituían el ramillete de Alex. Cuando Anna se enteró de que aparte de ella no había una sola novia sino que sumaban dos más me pidió que le tradujera unos correos. Los correos eran para enviárselos a la boliviana advirtiéndole de todo el rollo. Como yo también me estaba desayunando el lío intenté no formar un alboroto más grande robándome un poco de tiempo para hablar con Alex para ver si todo era cierto. Me hice el idiota con el asunto de los e-mails pero cuando Anna se dio cuenta asumió que yo lo había sabido todo desde el comienzo.

Pero la verdad es que cuando Anna me contó que Alex tenía otras novias yo solo até cabos, entendí que la amiga con la que salía en fotos en Facebook no era tan solo una amiga y comprendí que no estaba solo y que muy seguramente por algún tiempo había estado engañando a Anna, como luego me lo confirmó. También me confirmó lo del viaje a La Paz y lo de la boliviana casada a quien estaba intentando ahorrarle un par de problemas.


Después de eso todo se convirtió en ruido de relaciones amorosas, amistades, planes de viajes y matrimonios cayendo por las escaleras. Anna me borró de sus amigos y me bloqueó del Facebook y hasta ahí quedó el asunto. Todo fue demasiado vergonzoso. Desde el 2009 no volvimos a hablar. Y tan solo hoy, tal vez porque los dos profesábamos un delirio enfermizo por Cien años de soledad me volvió a añadir en Facebook. 

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