Tengo la boca llena de laceraciones de esas que duelen hasta cuando
uno silba. La semana pasada se me ocurrió salir de mi casa un día solo con un
saco y esta semana estoy viendo las consecuencias: gripa. No puedo respirar, me
duele la garganta. Se me rompieron los dos jeans que tenía y me molesta mucho
ponerme la ropa rota. Me miro al espejo o me veo en fotos de extraños y mi pelo
parece sacado de los años 90. Converso con mi papá y no entiendo si lo que me está
dando es un consejo o si me está ofreciendo una retahíla sobre su pasado sin
escucharme. Tengo que hacer un sin fin de vueltas y todas tengo que hacerlas
con mi mamá. Hablo con William y se
enfurece, me quedo pensando días y días y días en que seguro es por la forma en
que pongo las palabras unas con otras que no me entiende. La señora de la
oficina no me volvió a llamar. La falta de trabajo y tanto tiempo libre es suicida. Me broto, me da
tristeza, siento un vacío gigante, no se para donde va mi vida. Tengo 33 años y
soy un barco a la deriva. Llueve.
Hay días de tinieblas
de huracanes
de demonios
que revientan.
Días de temporales
de tormentas eléctricas
Días destemplados
días desafinados
Pero pasan, pero pasan.
Días que te levantas
con el pie izquierdo
días en que llevas
una nube negra sobre tu cabeza.
Días perros
pero pasan, pero pasan.
Siempre, hay dias de dias, lo bueno es que algunos toca es dejarlos pasar y no son siempre solo los desabridos dias ...esos tambien sirven
ResponderEliminarsi, hay que dejar que pasen y hoy está un poco mejor ya. Un día tras otro, un paso tras otro. No hay de otra.
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