Inauguración de la exposición Off-line en el Validadero Artístico |
La llamaré Tatiana porque no recuerdo su nombre -aunque creo que se llama Natalia- pero su rostro me es
inolvidable. Tiene la cara larga y unos ojos pequeños, alargados y con muchas
pestañas. Su nariz es muy fina y su boca pequeñita. Anoche llevaba un labial
rojo muy fuerte que contrastaba con lo pálido de su rostro. Todo eso lo
acompañaba con el pelo crespo negro muy brillante, casi lustroso. Parecía una
muñeca de los años veinte pero con pinta metalera de chaqueta de cuero,
minifalda, medias y tacones altos, todo negro.
Anoche Tatiana y yo cruzamos miradas en la fiesta Off-line y luego conversamos por un rato. Los dos teníamos la
sensación de habernos conocido mucho antes. Pesquisando en su pasado averigüé
que participó en una exposición con Ana María en su colectivo de arte y estudia
o trabaja en la Tadeo. Aún así los dos sentimos que nuestra conexión era
anterior y que seguro nos conocimos en otro lugar mucho antes.
Anoche Tatiana estaba exponiendo una serie de
dibujos. Le comenté que me habían gustado mucho dos de ellos. En uno una chica,
muy parecida a ella, conversaba animadamente en un sofá colorido con un perro caliente
con salsas, y en el otro la misma chica dormía abrazada con una empanada debajo de una cobija azul.
Seguimos conversando y cruzando miradas durante el resto del evento.
Luego bailamos un par de canciones. Creo que Aguanilé de Hector Lavoe fue una
de ellas. Luego cuando me sentí cansado pasada la media noche me fui de la
inauguración bailable. Ahora lo que me resta es buscarla en Facebook entre los
amigos de Anita y continuar charlando para ver de donde es que nos conocemos.
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