El
jueves visité galerías de arte con Lili entre las 6 y 15pm y las 10 y 45pm. En ese intervalo
de tiempo sucedió lo siguiente:
1. Comimos pizza y
hablamos del comensal:
-A mi me interesa mucho esa figura
ficcional. El personaje que come solo o que come cosas que no puede digerir. El
otro, el del coleccionista, es otro comensal, es un comensal que desde el gusto
no le interesa la digestión sino el babeo de los objetos, o sea todo lo que
pasa al interior de la boca. Esas son mis elucubraciones.- comentó la artista mientras masticaba.
2. Observamos algunos
objetos coloridos en una galería a través
de una puerta de vidrio. Los dos pensamos que la instalación era un objeto
pictórico que debía observarse desde afuera como una vitrina. Nos
desilusionamos cuando nos cercioramos que la entrada a la sala se hacía por un baño.
3. Vimos el video
de un mango que caía y rodaba sobre tejas de zinc.
4. Un muchacho gordito, de pelo largo y gafas me preguntó si podía
llevarse unos impresos de una sala.
-Supongo que si, lo peor que puede pasar es que se los
reclamen cuando salga- le respondí. El tipo parecía estar siguiéndonos de galería en galería.
-¿Usted es artista?- inquirí.
-Si, pero primero fui ingeniero- respondió ante mi curiosidad abusiva. Siguió caminando y no
me habló más.
5. Los baños de una galería tenían los signos del circulo con la flecha y
la cruz en las puertas. Como no los distingo pensé en
preguntarle a Lili si sabía cuál era el signo de hombre y cuál el de mujer. Fue mas fácil esperar a que de la
oscuridad apareciera un orinal.
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