miércoles, 18 de octubre de 2017

El espejo borroso del recuerdo

Ron me habló ayer de sus planes como si ya me los hubiera contado, como si en un chat previo o en una conversación anterior hubiera mencionado algo. Pero yo no sabía de qué me hablaba cuando me daba cuenta de las noches que pasaría en Cartagena y en Medellín; cuando me contaba de las ocasiones en que la gente de Avianca le había cambiado el itinerario.

–There’s a strike or a work stop or something like that. So, there’s been a change of plans, we’ll not be able to have dinner –me escribió.

Solo le respondí que era una lástima y que nos veríamos en otra oportunidad.

Ron me había escrito el sábado para contarme que tenía una parada en Bogotá, pero yo no hice ninguna otra pregunta. Antes de responderle me fijé en que, aparte del mensaje de Whatsapp que me había escrito, también me había enviado un mensaje por Facebook y me había comentado en una foto que yo había puesto un par de semanas atrás, como si un requisito para pedirme que cenáramos fuera mostrar interés en mis publicaciones viejas. Esperé una hora para responderle, tal vez porque me temía de antemano cuáles serían sus noticias.