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martes, 26 de enero de 2016

Técnica de seducción infalible (pedagogía de los besos)

Anoche César nos contó a mi y a Wilson que el lugar en el que levantaba más fácil era la piscina. Yo le respondí con una retahíla en la que le enfatizaba que de eso no estábamos hablando, que levantar mujeres en un bar donde pagas por pasar el rato con ellas no valía y que eso no era reto. Le recordé que nos referíamos a levantes de la calle, de los cotidianos. Wilson se rió y me aclaró que su amigo hablaba de la piscina de Compensar, no la otra.

Los primeros recuerdos que tengo de César datan de cuando estábamos en la universidad. En esa época, el 2002, César se hacía llamar Zeus y era un bicho rarísimo incluso para la facultad de artes. Manejaba unos discursos poco digeribles sobre estética y era uno de los artistas más arriesgados que tenía mi generación. Hacía unos videos interviniendo Las Meninas que eran fascinantes y cuando él mostraba en alguna entrega de clase los estudiantes de la escuela de artes rumoraban sobre él y resonaban sobre su trabajo. Zeus andaba con el pelo largo y exhibía unos rulos muy bien cuidados, su pinta era similar a la de Durero en su autorretrato más conocido.

De tanta maravilla de antaño no queda mucho. El gran artista es ahora uno más, un deportista aficionado semi-calvo que va a trabajar todos los días igual que el resto de los mortales. Sin embargo, no ha dejado de ser el mismo tipo dicharachero, delgadísimo  ya tiene un o entretenido.  queda. Sin embargo, no ha dejado de ser el mismo tipo dicharachero, delagadndo. Y ya."rnas. En esasy deportista y conversar con él sigue siendo entretenido. Según cuenta, ya tiene un modus operandi con el que levanta en la piscina de Compensar. “Primero –me contó con una actitud un poco fachera, mientras ilustraba la narración con una serie brazadas y movimientos piscineros— desde arriba miro si hay alguna nena que sea bonita. Si no la hay bajo y me quedo un rato a un lado mientras llega el cambio de turno que es cada media hora.”

martes, 22 de abril de 2014

Miscelanea de cosas del principio de semana

22 de abril de 2014.

Ayer empecé mi tercer curso de natación, el nivel principiante avanzado. La primera clase nos la dio Leonardo, el primer profesor que tuve cuando empecé (este ya es el tercer nivel para mi). En esta clase Leonardo aprovechó para revisar lo que nos enseñó Gloria en el nivel pasado. En la mitad de la clase nos dio –al niño nuevo y a mi-- la instrucción de hacer 300 metros de crawl. Como era de esperarse por mi estado físico tuve que tomarme mi tiempo para terminarlos. No es que esté muy mal, los pude terminar,  pero al final de la clase me sentía exhausto totalmente exahusto, recordándome a mi mismo cada 5 minutos que si podía y dándome auto-animos para terminar los trecientos metros. Para mi esta es una nueva exigencia y un nuevo reto porque el mayor alcance del nivel pasado fue terminar el curso haciendo crawl 25 metros seguidos sin hundirme y sin parar, por eso pienso que hacer estos trescientos metros fue todo un reto. Además creo que es un logro que tengo que ir alcanzando de a pocos. Aún no me pueden exigir que nade y nade y nade y no pare y no me canse.

Como ya había dicho al final de la clase yo estaba exhausto, molido, no como mi nuevo compañerito de clase. Se llama Jorge e hizo los trescientos metros tan solo como en diez minutos. Hoy en los vestidores le hice la charla para averiguarle la vida aunque me parece que es muy tímido. El niño es bronceado, delgado y musculoso y me contó, casi a regañadientes, que nunca ha tomado cursos y que lo que sabe de nadar lo aprendió en piscinas en vacaciones, que su mamá es nadadora pero que él nunca ha estado en ningún curso. Lo loco del asunto que es que le hicieron el examen y quedó en nivel principiante avanzado conmigo y con Angie. Me asusta un poco porque creo que me constará llegar hasta estar en su nivel pero también considero que alguien así pude ser un buen elemento en clase. Cuando uno tiene un compañero más avanzado uno termina exigiéndose mas y así podría yo intentar dar más de mí, sacar los trescientos metros en diez minutos también y lograr el estilo que nos está enseñando Gloria ahora.  

Después de la sacada de jugo de la clase de natación me apure para venir a casa y cambiarme porque ayer a las 10 tenía una entrevista de trabajo. Me vestí bien, me vestí elegante pero casual, me puse colonia y suficiente desodorante. Durante la entrevista me comporté como un profesional, no sudé en exceso y hablé con dominio y confianza del tema. Al fin y al cabo llevo ya más de seis años trabajando como traductor y tengo experiencia en el área. Espero que todo haya salido bien y tener buenas noticias. Querido universo, te entrego esa oportunidad, ya sea que me den el puesto o ya sea que no, pues ahí te lo recomiendo. A propósito de las entrevistas de trabajo, me encanta esta canción de chilenísima cuica Francisca Valenzuela, muy apropiada para esta ocasión:



Ayer escuché de nuevo este temazo musical que tanto escuchaba cuando vivía en Chile. Es una canción de Chico Trujillo que me recuerda que hubo momentos en los que estuve enamorado y fui muy feliz. Aparte de eso llegó el gato y le gusta mi cama, como raro, pero también le gusta jugar y es bien dormilón, ojala que cuando crezca siga siendo así de amoroso. Aquí les dejo el tema de Chico Trujillo, Y si no fuera… 

jueves, 10 de abril de 2014

Paisaje sonoro del Centro acuático de la Cruz Roja en Bogotá

El siguiente es el paisaje sonoro del Centro Acuático de la Cruz Roja en Bogotá. Este registro fue hecho entre las seis y media y las siete de la mañana de hoy, jueves 10 de abril de 2014. Recomiendo escuchar con audífonos.

miércoles, 26 de marzo de 2014

El final se acerca: clase de natación día trece

Hoy tuvimos una clase larga de casi dos horas porque el profe le recuperó una hora a algunos alumnos y nos dejó quedar al resto para que practicáramos para el examen de mañana. Fueron tantos los ejercicios que hicimos y hubo tantos regaños y explicaciones que pasé la mitad de la clase de mal humor porque sentía que lo estaba haciendo todo mal. 

Mañana en la segunda mitad de la clase, la directora nos va a poner a hacer ejercicios, nos va a evaluar y nos va a decir si podemos pasar de nivel o no. Si es así de una me iré a matricular en el nivel siguiente. Creo que ya me siento bastante cómodo en el agua pero no dejan de darme nervios de que me vayan a poner a hacer algo que no sepa o de que algo salga mal. Espero que no.

Para conmemorar este momento pre-examen voy a dejar esta canción de la chilena Javiera Mena. Esta canción le pone un poco el tono a las ansias. Además es mi ferviente deseo pasar “al siguiente nivel”.


Las canciones de Javiera Mena me encantan, me traen buenos recuerdos de Chile y me traen a la memoria al chileno marihuanero que quise un ratito y que me dedicaba canciones en la radio a la media noche. Luego les cuento esa historia. Sin embargo las letras de la Mena tienen muy poco sentido. 

martes, 25 de marzo de 2014

Superar una frustración y dos apuntes sobre el fondo del mar

Hoy volví a clase de natación después de un fin de semana largo. Tenía muchas ganas de estar en el agua, de estar casi desnudo y en lo profundo. Lo primero que hicimos en clase hoy fue hacer el ejercicio de botar el aire y hundirnos en la parte profunda. Estirábamos los brazos, botábamos el aire y quedábamos de pie en el piso en la parte más profunda. Luego el profesor nos pidió que hiciéramos el mismo pero que nos hundiéramos y nos sentáramos en el suelo.  

La visión del fondo es maravillosa. Estar tranquilo en la masa azul silenciosa del fondo de la piscina me parecía la conquista de un reto, la pérdida del miedo y la llegada de la confianza. Por unos instantes, sentado en el fondo de la piscina mirando a mi alrededor, sentí que ese momento y que ese lugar eran míos.

Antes de clase me encontré con Leonardo, parecía bastante agripado.  Me contó que estaba preocupado por algunos alumnos que para el jueves tienen que haber adquirido ciertas capacidades pero van lentos. Seguimos hablando y me dijo que tenía una frustración que quería superar, me dijo que quería aprender a patinar. Es algo como lo que yo siento con la natación. La palabra exacta es frustración. Yo en un momento y porqué se dieron las cosas tenía que perder el miedo y hundirme. Estar en el fondo. También me gustaría aprender a patinar y a manejar.


Dos apuntes sobre el fondo (del mar)

"At night, I think of my piano in its ocean grave, and sometimes of myself floating above it. Down there everything is so still and silent that it lulls me to sleep. It is a weird lullaby and so it is; it is mine. (Holly Hunter en El piano)


 "There is a silence where hath been no sound / There is a silence where no sound may be / In the cold grave, under the deep deep sea." (Thomas Hood)


domingo, 23 de marzo de 2014

Tengo mi cabeza bajo el agua

Salí con mi mamá a comprar el almuerzo de hoy. Caminamos hasta el centro comercial y mientras mi mamá me hablaba yo no podía dejar de pensar en otra cosa que no fuera el agua. Pienso en estar en ella, en saltar, en hundirme, en desplazarme hasta el fondo. Tengo el cuerpo inmerso en la sensación de la piscina y me pasan por la cabeza todo el tiempo imágenes del fondo, de la profundidad.

Tengo la cabeza bajo el agua. No sé si es bueno, no sé si es malo, solo sé que no puedo esperar a que sea martes para ir de nuevo a clase. Tengo que sentarme a traducir pero el día está como para estar echado y no hacer nada. Tomar café y leer mucho.

Escuché en un canal de la tele esta canción y me pareció divertida, asi que la busqué pero ahora que la escucho no me parece tan chévere.



Luego las sugerencias de youtube me dijeron que escuchara esta otra canción, que es bien bonita y que me trae recuerdos dulces/amargos de alguna vez cuando estuve enamorado. Esta canción se la dediqué al susodicho. A veces dan como ganas de estar melancólicos pero no, para que…

viernes, 21 de marzo de 2014

Vencer el miedo a saltar al agua, natación día 11

Una de las frases más repetidas y que se ha convertido en un lema para todos los asistentes al curso de natación es: hay que perder el miedo. Me he acostumbrado a perder el miedo, o a por lo menos a intentarlo, en esa hora de clase. Hoy no fue la excepción, es más, hoy tuve que enfrentarme a algo que no recuerdo haber hecho antes y en lo que casi no había pensado que tendría que  hacer: clavados.

El profesor nos reunió a todos en el lado profundo de la piscina después de hacer cuatro veces el desplazamiento con un solo brazo y nos pidió que nos mandáramos al agua para saber cómo lo estábamos haciendo y desde donde partía para enseñarnos como se hace. Los mismos de siempre hicieron la fila y se mandaron, pero esta vez yo me quedé atrás. Tuve miedo porque nunca lo hice y no sabía cómo se hacía. Después de un par de minutos y de dejar que pasaran otros compañeros me paré al borde de la piscina. Me quedé allí aterrorizado pensando cómo hacer algo que no sé cómo se hace. Así que utilicé el viejo truco de mirar primero y repetir. Respiré profundo y me boté.

Fue maravilloso. Caí al agua y aunque sentí el tablazo en el abdomen me hundí y me desplacé lo más lejos que pude aguantando la respiración y luego botando el aire. Subí y sentí que había conquistado un miedo. Que había logrado algo fantástico y que había visto el agua y el fondo de la piscina de una manera diferente. Por el resto de la clase estuvimos clavándonos al agua de rodillas, más suavecito más tranquilos. Quedé con ganas de volverlo a hacer.

¿Es eso lo que sienten los niños cuando juegan en la piscina? Míreme a mí, de 31 años superando los miedos que nunca superé, rogándole al universo que me los quite para enfrentarlo todo, todos los días, así como siempre. Mi lucha, todos y cada uno de los días del año y de la vida es por vencer el miedo. El miedo es mi constante, es mi lastre, es mi sombra. Espero que algún día se vaya. Espero que se vuelva una sombra más clara, más transparente.

Recordé esto, una instalación de arte de la que pensé un día hablar en milinviernos pero no lo hice



Hoy no tengo canción sobre el agua o sobre la profundidad de la piscina, pero descubrí ese maravilloso álbum de Radiohead llamado The bends y ando con esta canción pegada en la cabeza




PD: El vecinito me propuso que huyera con él a alguna parte en semana santa. No sé si lo consideré o si lo consideraré. Le respondí que me parecía una buena idea si había plata. No tengo un centavo, aunque por lo menos ayer llegó una traducción y ya envié algunas hojas de vida. 
Pienso que si consigo un sponsor podría seguir el otro curso (mi papá jajajajaja). La verdad es que tengo muchas ganas.

martes, 18 de marzo de 2014

Natación día ocho: el tirabuzón y Somersault

Hoy me tocó pedirle al profe que me dijera si estaba haciendo las cosas bien. Me dio un pulgar arriba y seguí. Me sentí como un niño pero es que a veces no sé si me mira y quiero saber si no estoy cometiendo errores. Hoy hicimos dos ejercicios, primero el tirabuzón, el que consiste en hacer la flecha y luego respirar y voltearse. Como siempre el profe enseña una cosa y luego resulta que lo correcto es hacer lo contrario. El otro ejercicio que hicimos fue hacer la flecha y botar el aire pateando y braceando. Es la primera vez que hacemos esto y me salió bien, por eso fue me que me dio el pulgar arriba.

Tengo ganas de tener un piscina, o de ir a piscina en otra parte a practicar. Quiero perder un poco de peso y ser un poco más delgado y más tonificado. Quiero plata y muchas otras cosas. Hoy salí de clase y me sentía contento, no como ayer cuando terminamos. Salí de clase y sentía que había algo tremendamente malo conmigo porque no había hecho el tirabuzón bien.



Nota mental: un tirabuzón es un sacacorcho. DRAE: Tirabuzón. (Del fr. tire-bouchon). 1. m. Rizo de cabello, largo y pendiente en espiral. 2. m. sacacorchos. sacar algo con ~. 1. loc. verb. coloq. Sacarlo a la fuerza. Se dice especialmente de las palabras que se obliga a decir a una persona callada. Estaba buscando tirabuzón en youtube y me encontré este vídeo, el de la vuelta americana, ojalá pueda seguir nadando y pueda aprender algo así. 

Viendo el vídeo escuché la palabra somersault. Esta palabra es el titulo de una canción de Zero-7 que me gusta mucho. Varias veces intenté encontrar el significado de esa palabra pero no pude. Ahora acabo de enterarme que somersault es la vuelta con la que empieza el giro de cabeza que se hace para impulsarse cuando uno alcanza la otra orilla de la piscina. Me gustó saber esto y por eso dejo esta canción para finalizar la entrada.

lunes, 17 de marzo de 2014

Me ahogo: Clase de Natación día siete.

Creo que ayer con lo del trueque digital y la presentación con milinviernos estuve bastante distraído y no pensé en que tendría que volver a clase de natación hoy. Pero si estaba bastante emocionado cuando llegué a la Cruz Roja hoy en la mañana porque me siento mucho mejor de la gripa. Además en la presentación nos fue bien, creo.
La clase hoy consistió en hacer flecha boca debajo de ida y flecha boca arriba de vuelta. Pude dominar las dos con bastante tranquilidad aunque aún me cuesta sacar la cabeza y respirar, botar burbujas y volver a sacar la cabeza y respirar. Es un ejercicio de coordinación que para mí es bastante difícil. Luego cuando hicimos varias rondas de eso el profesor nos pidió que siguiéramos haciendo la flecha pero en la mitad del camino debíamos dar una vuelta y quedar boca arriba. Resultado: nada. Cero, no pude hacer ninguna y siento que el profesor, como generalmente hago las cosas bien, no me dice nada. Y cuando me dice algo no es específico entonces siento que me está regañando. Yo y mi tolerancia con la crítica constructiva. Conclusión: téngase paciencia, mañana inténtelo de nuevo y tal vez lo logre.

Cuando salí de clase me di cuenta, de nuevo, de que estoy en la quiebra, que no sé qué voy a hacer el otro mes para pagar la mitad de las cuentas. Tengo que conseguir clases y trabajo para volver a ser un ser humano pero no sé cómo. Me asusto y no sé cómo ni a quien pedirle ayuda. El dinero se me va a acabar y no sé de dónde sacar más. Me da miedo pasar al siguiente nivel, reconocer que no tengo tabla de salvación, que volver a mi antigua empresa no es una opción. Necesito volver a empezar pero el miedo me congela. Me ahogo. Help!

viernes, 14 de marzo de 2014

Nos dijimos los nombres y nos lanzamos al agua: día seis de clase de natación

Mi compañero moreno que utiliza siempre camiseta se llama Javier. “Yo no me llamo Javier… o si” me dijo, parafraseando la canción, cuando le pregunté cómo se llamaba. Yo le pregunté su nombre después de que él me preguntó el mío. Todo esto sucedió una ronda de saltos después de que yo le preguntara al compañero bajito, guapo y delgado como se llamaba. Se llama Eduard. Me imagino que es médico porque tiene un aire a un médico que conocí en diciembre aunque parece muy niño.
Estas presentaciones sucedieron mientras hacíamos fila para lanzarnos a la piscina. El ejercicio del día consistía en mandarnos por turnos a la parte profunda y desplazarnos hasta lo pandito pateando y haciendo burbujas. No sobra decir que hacer esto es un ejercicio agotador cuando uno tiene que hacerlo 20 veces en un periodo de una hora. Creo que esta semana he hecho más ejercicio que lo que había hecho en los últimos tres meses.
Mientras hacíamos las rondas el instructor nos volvió a repetir hoy una frase que me dijo ayer cuando nos encontramos y me contó su historia completa. Leonardo dijo que todo en la vida se hace más fácil o mejor cuando se hace con amor. Cuando alguien saca a colación semejante frase siempre termino preguntándome ¿de dónde saco el amor? ¿cómo hago para ponérselo a la clase de natación o a cualquier cosa ?
La pregunta no tiene respuesta, pero creo que lo más parecido al amor es la actitud que tiene mi compañero Javier en la clase, actitud un poco parecida a la mía. Yo lo veo y él siempre se está gozando todos los ejercicios. Él siempre tiene esa sonrisa en la cara y esas ganas de divertirse en clase. Hoy por ejemplo, después de las flechas iniciales Leonardo nos pidió que tomáramos un chorizo y que fuéramos al lado profundo de la piscina. Cuando estábamos yendo todos para allá preguntó ¿Quién es el valiente que se va a lanzar primero? Javier venía trotando junto al grupo y cuando escuchó la pregunta sin chistar dijo yo y se mandó de una. Yo lo seguí y otro compañero más. Me encanta estar cerca de él y sentir que hay alguien a quien le gusta tanto la clase como yo, alguien que tiene ganas de aprender y de gozarse el asunto.  No sé si eso sea el amor al que se refiere Leonardo pero creo que por ahí podría estar la cosa.
Me sigo sintiendo enfermo con esta gripa desastrosa, pero sigo sintiendo que durante la clase me siento bien. Ahora tengo el fin de semana para mejorarme y pasar por lo de la presentación de Milinviernos y el lunes volver un poco más recuperado a patalear, burbujear, jugar y aprender y seguir molido en la semana dos de la clase de natación. También me alegra que el muchacho de la mirada dulce del grupo de principiantes haya comenzado a hablarme. Desde que comenzó el curso yo me he cambiado junto a él y a dos otros nadadores más que están en ese curso. El día que empezamos el curso yo no sabía cómo hacer nada así que sólo los seguí porque ellos parecían confiados e hice lo mismo que ellos hacían para entrar  a la piscina. Ahora el muchacho me ha hablado para aconsejarme cosas sobre los lockers y me ha preguntado sobre mi clase. Yo le pregunto cosas de vuelta y le sonrío.  

Me encontré esta galería de fotos de nadadores bajo el agua que está muy chévere


http://www.marktipple.com/summer2012

jueves, 13 de marzo de 2014

Expulsar todo el aire y hundirse

En mi clase de natación hay un muchacho de unos 35 años o tal vez un poco más. Él es moreno y  siempre lleva una camiseta deportiva del mismo color y material de la pantaloneta y en alguna ocasión comentó que le daba miedo hacer mucho esfuerzo con una pierna porque ha tenido muchas lesiones. Nunca lo he visto el torso desnudo, siempre tiene la camiseta puesta en clase y me imagino que debe tener cicatrices o algo raro en la parte superior del cuerpo. Ayer cuando estábamos en la parte profunda de la piscina me dijo que nos hundiéramos y nos viéramos abajo. No fui capaz, sentí que me ahogaba pero hoy aprendí el truco para hundirme y quedarme abajo.

El instructor nos enseñó que para estar hundido hay que dejar salir todo el aire, expulsarlo y así el cuerpo se vuelve pesado y se queda en el fondo. Después de enseñarnos eso nos puso a hacer un ejercicio que consistía en sumergirnos y pasar por varios hula hopos por debajo del agua. En el primer intento logré pasar por 5 y en el segundo lo pasé todos. Hoy salí de clase sintiendo que había pasado otra barrera y que había aprendido algo nuevo, no como ayer que me sentía derrotado y más enfermo que nunca. Hoy también me siento enfermo pero cuando estoy en la piscina me siento más tranquilo y menos afectado.  

Al final de la clase le toqué el hombre al compañero moreno y le dije que nos viéramos en el fondo de la piscina. No nos vimos en lo profundo pero si me hundí e hice lo que no había hecho ayer.

Cuando iba llegando para clase, a las 6 y 40 am, me encontré en la 68 al instructor y se vino contándome toda su vida hasta que llegamos a la Cruz Roja. Leonardo, ese es su nombre, tiene 24 años y lleva viviendo 8 meses en Bogotá. 

Dejo aquí dos vídeos de la piscina mas profunda del mundo, la Nemo 33 en Bruselas.
En Video: La piscina más profunda del mundo por Globovision

)

miércoles, 12 de marzo de 2014

Temor a lo profundo


Hoy día cuatro, siento que la cosa dejó de ser tan bonita como fue los dos primeros días. El día uno y dos yo sentía un placer gigante al estar en la piscina, sentía que podía hacer los ejercicios y podía avanzar, pero en los dos últimos días me he sentido incapaz. Mientras estaba en la parte profunda intenté hacer los ejercicios de respiración y dejar salir las burbujas pero por alguna razón, supongo que por el miedo, este sencillo ejercicio se me hacía muy difícil y no pude. Se me llenaba el cuerpo de agua, no podía mantenerme tranquilo. Supongo que lo que tengo que hacer es aprender a hacer las cosas paso por paso, primero tomar aire, luego hundirme y luego soltar las burbujas. Intentar no hacer las cosas de una sino ir paso por paso, por lo menos en principio.

Hoy el instructor nos hizo hacer la flecha para llegar de un extremo al otro de la piscina. Llegué hasta la mitad y cuando me di cuenta que estaba nadando o flotando sobre lo profundo me aterroricé. Todos estábamos aterrorizados, quietos y el instructor tuvo que ayudarnos uno a uno a llegar hasta el otro extremo de la piscina. Según el no hay que temer en ninguna parte de la piscina porque es la misma agua. La profundidad es diferente pero lo mismo que hacemos en la parte panda lo podemos hacer en la parte profunda. También según el instructor, tenemos que recordar que lo más importante es relajarse y aprender a respirar.

Tampoco me ayuda para nada sentirme tan enfermo, bueno no estoy TAN enfermo, pero si me siento afectado en los bronquios. Algo me pasa, no sé si es gripe, no sé si es algo por el agua fría. A eso también hay que sumarle el temor a lo profundo que he visto que tenemos la mayoría de los practicantes. Hace un rato decidí ver fotos en Tumblr de piscinas bajo el agua y la sensación que obtuve fue de pánico. Ver esas imágenes me conmovía y me hacía sentir atemorizado. Bajo el agua es un lugar inquietante y perturbador que no manejo. No se cómo comportarme allí y no sé cómo hacer para tranquilizarme. Yo sé que no me va a pasar nada, el instructor está allí, los compañeros están allí, necesito relajarme y respirar. Debo abrir los ojos, mirar alrededor, reconocer el entorno. No tengo imágenes en mi memoria del lugar que es abajo del agua en la piscina. Parece como si hubiera estado conscientemente evitando ese lugar en el que tengo que estar metido.

Tal vez estoy intentando abstraerme y mantenerme aislado de ese lugar que tanto me gusta, tal vez necesito intentar conocerlo un poco más, hacerme consiente de como es, conocer sus dimensiones, su forma, sus detalles para así no tenerme miedo.



lunes, 10 de marzo de 2014

Hoy salté a la parte honda de la piscina por primera vez

Hoy fue mi día dos del curso de natación. Volví a sentir lo que sentí el viernes en mi primer día: que puedo aprender, que me gusta, que me siento nuevo y que no le tengo tanto miedo. Tal vez lo único que no me gustó hoy fue que apareció un compañerito nuevo, un señor gordito que parecía no conocer las normas básicas de organización. El señor simplemente se pasaba por el frente de todo el mundo y se lanzaba a hacer los ejercicios saltándose la fila. Además se me ponía al frente o y se me cruzaba con si minúsculo traje de baño cuando era mi turno para hacer los ejercicios. Me pareció un personaje inquietante.

Al final de la clase, el último ejercicio propuesto por el instructor fue pararnos en dos filas y lanzarnos a la parte honda de la piscina. Teníamos que sostener uno de esos flotadores tubulares, respirar y mandarnos. Según Leonardo, el profesor -un muchacho paisa que no debe tener más de 28 años- el objetivo del ejercicio era aprender a tener confianza en la piscina. Todos los alumnos nos paramos en el borde simplemente a esperar a que fuera nuestro turno para botarnos al agua. Todos estuvimos por un buen rato preguntándonos ¿cómo se bota uno al agua? ¿me boto y ya? ¿no hay mas instrucciones? ¿tengo que hacer algo especial? Mientras tanto el instructor nos miraba impaciente desde el agua pidiéndonos que nos lanzáramos, que confiáramos. Insistía en que si algo pasaba él estaba ahí. Una vez que uno se lanzaba al agua y salía se podía mandar el otro. Yo no me tiré sino hasta cuando vi que el instructor no estaba distraído y estaba cerca por si algo pasaba. La primera vez que lo hice simplemente salté, flexioné las rodillas un poquito y me fui. Tengo grabada la imagen en mi cabeza de las burbujas subiendo alrededor mío y la superficie de la piscina desde abajo. También recuerdo una sensación de tranquilidad por haberlo hecho y por saber que en algún momento iba a salir a la superficie.


El señor gordito siguió atravesándose por toda la hora de clase. La señora con la que he hecho más confianza me dijo que yo la había pisado, empujado y magullado en un par de ocasiones. Yo le pedí disculpas y le dije que había sido sin intención.