viernes, 17 de noviembre de 2017

La culpa del binge-watching

Durante los últimos dos años he trabajado muy duro para llegar hasta donde estoy: salí de un trabajo de mierda que tuve que hacer por necesidad en una entidad pública a trabajar como traductor para un documental que se exhibió en salas y luego pasé a trabajar como profesor en una universidad y me ha ido bien; estoy intentando dar el paso de enseñar inglés a enseñar arte u otras áreas de mi experticia aunque no lo haya hecho antes; he logrado tener un ingreso estable y he logrado exprimir cada centavo necesario para juntar una parte de la cuota inicial de mi propio apartamento –acabo de firmar la promesa de compraventa—; he sacado adelante con mis amigos un proyecto artístico que nos llevó a ser parte del sistema de curadores de Artbo y a jugárnosla en las grandes ligas; superé varias enfermedades, una crónica que tengo ya bajo control y una eventual que me llevó al quirófano; y dejé atrás relaciones malsanas que con personajes del pasado. En este momento tengo una tabula rasa, la cabeza limpia para empezar un camino nuevo.