martes, 10 de septiembre de 2013

La lluvia de la nada

         Venía en el transmi observando a una pareja que venía sentada charlando. El señor tenía una chaqueta verde y una camiseta amarilla y tenía el brazo puesto sobre el respaldo de la silla, como abrazando a la señorita que venía con él. Ella tenía una camiseta blanca y un saco azul de lana, pero encima de todo eso llevaba puesta una sonrisa en los ojos. Sonreía con los ojos y se reía con la boca por todo lo que el señor decía. De repente el bus se llenó de agua. Sin que estuviera lloviendo empezó a llover y por las ventanas del techo y de los lados del bus cayeron sendos chaparrones que  emparamaron a la pareja y la gente que iba en la primera mitad del bus. Yo grité y luego me reí.

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