jueves, 13 de abril de 2017

Sobriedad: ¿qué razones tengo para beber?

El 21 de febrero tuve una cirugía, nada serio. Un asunto que tocaba solucionar y nada más. No me pregunten que fue porque no les voy a contar pero ese pequeño incidente me obligó a tomar antibiótico por 10 días y a cambiar de dieta. Todo lo que como o bebo es susceptible de hacerme daño, pero ese no es el problema, el problema es que con eso viene un malestar y un dolor insoportable. Por eso, y tal vez por otras razones más no he consumido alcohol desde esa época y ahora, mientras más días pasan empiezo a contemplar la idea de no consumir alcohol del todo.
Tal vez llegue a perecer una medida drástica porque el alcohol no me ha hecho nada, pero si es un hecho que desde la cirugía no he amanecido ningún día con guayabo y he perdido tres kilos. Antes estaba en 81 y ahora estoy en 79. Eso me parece una razón válida para no alentar el consumo de alcohol.
Aparte de las razones físicas, que son aparentes, estoy intentando buscar más razones para no volver a beber, pero cuando me pregunto eso también me pregunto ¿tengo razones para beber? ¿hay alguna idea razonable que me impulse a consumir una cerveza o dos o tres o a beber cócteles o tomar ron como lo hacía antes?

No lo se. Tal vez por tener algo que compartir con los amigos o por desinhibirme en situaciones molestas o estresantes o porque beber es rico. ¿beber es rico?
No lo se. ¿La paso mejor bebiendo que no bebiendo? Hoy conversaba con Juan --un amigo abstemio y el mismo de la muerta Jorge- y me contaba que él nunca ha necesitado del alcohol para hacer las mismas cosas que hace el resto de la gente cuando está bebiendo, o sea, nunca ha necesitado del alcohol para levantar gente o besuquearse con extraños o bailar y pienso que últimamente no he necesitado de bebidas alcohólicas para hacer lo que siempre he hecho: sonreír y ser amable.
Lo mismo me pasó cuando dejé el cigarrillo. Pensaba que en algún momento iba a necesitar los cigarros para algo, para que me acompañaran, para aliviar la ansiedad, para conocer gente, para hacer parte del grupo de los fumadores chéveres, pero al final eso nunca sucedió y no volví a fumar. Pero si me pregunto si no beber me puede alejar de mis amigos o de las personas con las que generalmente parcho. La verdad, no lo se. La diferencia de este asunto con el alcohol y de cuando dejé de fumar es que desde el día uno que dejé los cigarros yo sabía que quería dejar de fumar para siempre. Con el alcohol no me siento tan seguro de que sea un enemigo letal al que tenga que abandonar.
Pero ahora que lo pienso, fue ese mismo pensamiento lo que me impidió tantas veces que dejara de fumar, siempre sentía que estaba abandonando el cigarrillo y que estaba haciendo un sacrificio y ahora pienso lo mismo con el alcohol y simplemente lo que hice con el cigarro fue convencerme a mí mismo de que no estaba dejando algo, sino que estaba comenzando una vida mejor, un momento de mi vida más positivo, y así fue, y aún así lo quiero y existe la posibilidad de que suceda lo mismo con el trago.
Les estaré contando.

2 comentarios:

  1. Simple pero complejo, beber o no beber he ahi el dilema.. De mi parte tiempo atrás descubrí que la paso mejor sin beber a montones, mi dosis màxima es una o dos cervezas y es sufciente... igual puedo pasarla muy bien, mantenerne alegre, conversar y al otro dia sin guayabo.

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