El 21 de febrero tuve una cirugía, nada serio.
Un asunto que tocaba solucionar y nada más. No me pregunten que fue porque no
les voy a contar pero ese pequeño incidente me obligó a tomar antibiótico por
10 días y a cambiar de dieta. Todo lo que como o bebo es susceptible de hacerme
daño, pero ese no es el problema, el problema es que con eso viene un malestar
y un dolor insoportable. Por eso, y tal vez por otras razones más no he
consumido alcohol desde esa época y ahora, mientras más días pasan empiezo a contemplar
la idea de no consumir alcohol del todo.
Tal vez llegue a perecer una medida drástica
porque el alcohol no me ha hecho nada, pero si es un hecho que desde la cirugía
no he amanecido ningún día con guayabo y he perdido tres kilos. Antes estaba en
81 y ahora estoy en 79. Eso me parece una razón válida para no alentar el
consumo de alcohol.
Aparte de las razones físicas, que son
aparentes, estoy intentando buscar más razones para no volver a beber, pero
cuando me pregunto eso también me pregunto ¿tengo razones para beber? ¿hay
alguna idea razonable que me impulse a consumir una cerveza o dos o tres o a
beber cócteles o tomar ron como lo hacía antes?
No lo se. Tal vez por tener algo que compartir
con los amigos o por desinhibirme en situaciones molestas o estresantes o
porque beber es rico. ¿beber es rico?
No lo se. ¿La paso mejor bebiendo que no
bebiendo? Hoy conversaba con Juan --un amigo abstemio y el mismo de la muerta Jorge- y me contaba que él
nunca ha necesitado del alcohol para hacer las mismas cosas que hace el resto
de la gente cuando está bebiendo, o sea, nunca ha necesitado del alcohol para
levantar gente o besuquearse con extraños o bailar y pienso que últimamente no
he necesitado de bebidas alcohólicas para hacer lo que siempre he hecho:
sonreír y ser amable.
Lo mismo me pasó cuando dejé el cigarrillo.
Pensaba que en algún momento iba a necesitar los cigarros para algo, para que
me acompañaran, para aliviar la ansiedad, para conocer gente, para hacer
parte del grupo de los fumadores chéveres, pero al final eso nunca sucedió y no
volví a fumar. Pero si me pregunto si no beber me puede alejar de mis amigos o
de las personas con las que generalmente parcho. La verdad, no lo se. La diferencia
de este asunto con el alcohol y de cuando dejé de fumar es que desde el día uno
que dejé los cigarros yo sabía que quería dejar de fumar para siempre. Con el
alcohol no me siento tan seguro de que sea un enemigo letal al que tenga que
abandonar.
Pero ahora que lo pienso, fue ese mismo
pensamiento lo que me impidió tantas veces que dejara de fumar, siempre sentía
que estaba abandonando el cigarrillo y que estaba haciendo un sacrificio y
ahora pienso lo mismo con el alcohol y simplemente lo que hice con el cigarro
fue convencerme a mí mismo de que no estaba dejando algo, sino que estaba
comenzando una vida mejor, un momento de mi vida más positivo, y así fue, y aún
así lo quiero y existe la posibilidad de que suceda lo mismo con el trago.
Les estaré contando.
Simple pero complejo, beber o no beber he ahi el dilema.. De mi parte tiempo atrás descubrí que la paso mejor sin beber a montones, mi dosis màxima es una o dos cervezas y es sufciente... igual puedo pasarla muy bien, mantenerne alegre, conversar y al otro dia sin guayabo.
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