Cómo ya les había contado no estoy
consumiendo alcohol y estas son algunas de las conclusiones que he sacado de
andar en este plan:
1. Que contarle a
la gente que uno no consume alcohol es como salir del closet. Durante estas
últimas semanas, o por lo menos durante este periodo inicial cuando he ido a
alguna actividad social o cuando me he reunido con los amigos o cuando he
conocido a alguien nuevo, he tenido que contarles que no bebo. Inicialmente su
respuesta ha sido echar para atrás la cabeza y observarme con desconfianza; me
miran y esperan encontrar razones traumáticas por las que no quiero tomar
más cerveza. Quieren escuchar un drama profundo, una historia con gritos,
mentadas de madre, un robo, un accidente, sexo casual salido a mal y lagunas
mentales. De eso si ha habido pero muy poco, la verdad.
2. Qué si uno no
bebe está trabajando. La otra noche estábamos en la apertura de un evento en el
espacio de arte que yo coordino con unos amigos, casi a la media noche yo
estaba cansando, aunque contento y me estaba divirtiendo mucho. En esas
volvimos al tema por alguna razón y después de conversar un rato, Marcela me
dijo: “entonces, tú en este momento estás trabajando”. Esa idea me quedó
rondando en la cabeza porque parece que hay una delimitación muy clara de lo
que constituye para nosotros los momentos de trabajo y los de esparcimiento y
esa línea es la del consumo de alcohol. Cuando uno trabaja no puede beber y
cuando bebe es porque ya no está trabajando. Entonces ¿yo estoy trabajando todo
el tiempo? Será que mi animo y mi voluntad de no beber me han condenado a estar
siempre en modo trabajar?
3. Qué el consumo
de alcohol es algo que está tan mezclado con el resto de actividades en nuestra
sociedad que salirse de la dinámica implica dar un paso a un abismo en el que
no hay diversión, ni entretenimiento. La gente a menudo piensa que cuando no
consumes alcohol no te puedes divertir. No puedes ir a un restaurante con la
persona que no bebe porque se va a aburrir, o no habrá otra forma de celebrar y
a veces parece que es cierto.
4. Que esta semana
fue bien larga y rara y que me gustó mucho estar con los amigos en la apertura
del montaje de Walter y que a veces en serio me siento conectado al planeta
tierra todo el tiempo. El alcohol si era algo que le ponía cierta especie de
filtro a la vida, la hacía más divertida, menos plana, cambiaba de estado a uno
un poco más leve, más divertido, más desinhibido y a veces me da un poco de
tristeza sentir que no tengo algo que haga eso. Quisiera encontrar esos estados
de tranquilidad y ausencia del mundo y sus problemas sin tener que consumir
alcohol.
A veces pienso
que ese Lolo chévere ya se perdió y que sin beber en las reuniones esa persona
tan divertida nunca va a regresar. Tal vez la única y verdadera realidad es que
yo no soy divertido y eso era algo que simplemente hacía emerger el alcohol y
así me toca vivir, siendo este neurótico, mala gente, envidioso y rencoroso que
no logrará ser nunca sin alcohol lo que era borracho.
Ahí es cuando
digo: “¿qué mejor que una cerveza?” y me siento raro.
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