
Desde que llegué de Inglaterra hace 12
años aprendí que las personas en mi vida tenían una fecha de llegada y una
fecha de salida y que seguramente el periodo entre las dos no sería muy largo.
Comprendí viendo aparecer y desaparecer rostros que a la gente tenía que
quererla con fuerza y hacerla sonreír con intensidad porque más tarde que
temprano iban a desaparecer. Desaparecieron amigos, amantes, familiares,
compañeros. Toda una suerte de personas a quienes no pude retener aunque deseara
que se quedaran a mi lado. Y aprendí a vivir así. Y así me quedé, queriéndolos
y viéndolos partir. Cada vez con menos esperanza y con menos dolor.

Tampoco deja de ser triste saber que no
pude solucionarlo. Que aunque lo intenté no pude aferrarme a tu voz ni a tus
palabras, que con cada palabra mía tu te alejabas unos metros más y que cada
uno de mis actos era contraproducente. Tampoco pude superar el miedo ni todas
esas cosas que sin tener que ver contigo me hicieron alejarte.

Pd: Se cuanto te molestan mis dramas,
pero tenía que decirle esto al viento. Estas palabras no son para ti, estas
palabras no son para ti.
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